¿A
QUÉ LLAMAMOS “PUNTOS GATILLO” EN FISIOTERAPIA?
Tanto en Fisioterapia como en Osteopatía conocemos un punto gatillo miofascial
(PGM) como un nódulo hiperirritante dentro de una banda tensa palpable de músculo esquelético. Es doloroso a la compresión y,
cuando es estimulado por deformación mecánica como estiramiento, contracción o
presión directa, puede evocar un dolor referido característico, disfunción
motora y fenómenos autonómicos.
Microscópicamente está formado por múltiples nodos de
contracción, que representan un acortamiento severo y localizado de sarcómeras.
La hipótesis más aceptada y
desarrollada que explica la etiología de los PGM es una disfunción en
la placa motora de una fibra muscular esquelética extrafusal, que
consiste en una excesiva liberación de acetilcolina, por lo que se concebiría
como una disfunción neuromuscular. Además del dolor, los PGM son causa de
limitación funcional, debilidad e incoordinación motora.
CLASIFICACIÓN DE LOS PG EN FISIOTERAPIA Y OSTEOPATIA
Los PGM en fisioterapia y osteopatía se clasifican en activos o latentes:
-
Un PG activo
provoca dolor, restricción y debilidad de forma espontánea.
-
El PG
latente no ocasiona dolor (salvo que se presione sobre él) pero puede ocasionar
restricción del movimiento y debilidad del músculo afectado. Estos últimos
hacen referencia a esas zonas que no duelen de forma espontánea pero al
presionar sobre ellas desencadenan dolor.
A nuestro modo de ver, lo más significativo son los
patrones de dolor referido de un punto gatillo. En muchas ocasiones estos
nódulos hipersensibles son la causa de dolores a distancia que son tratados con
técnicas locales sin obtener buenos resultados. Nos parece importante conocer los patrones de dolor referido más comunes
de nuestro cuerpo.
En Fisio’s clínica te mostramos un plano de puntos gatillo y dolores referidos según
Travell y Simon, además de cómo se debe valorar y tratar con técnicas de fisioterapia y osteopatía.
EXPLORACIÓN DE
LOS PUNTOS GATILLO
El
diagnóstico de los PGM se hace en base a los criterios descritos por Simons et
al. (Travell y Simons, 2002) y Gerwin et al. (1997):
1.- Presencia de una banda tensa palpable en el músculo esquelético
3.- Activación de una respuesta de espasmo local a la presión del punto
sensible
(REL)
4.- Provocación y reconocimiento de dolor referido
5.- Si se utiliza un algómetro la presión que soporta es menor a 3kg/cm
TRATAMIENTO EN FISIOTERAPIA Y OSTEOPATIA
Para su tratamiento, existen diferentes técnicas de fisioterapia y osteopatía aplicables, pueden ser técnicas invasivas o conservadoras.
Punción seca
La punción seca es
un método de fisioterapia invasiva para el tratamiento de los puntos gatillo y
el dolor miofascial, que consiste en una punción directa del PGM, mediante
finas agujas de acupuntura.
La técnica recibe el nombre de
punción seca porque en este procedimiento no se introduce ningún tipo
de sustancia a nivel muscular, como sucede en el caso de las infiltraciones.
Por lo general, se trata de una punción profunda, pues se produce a nivel del
músculo, atravesando todo el tejido suprayacente en búsqueda del punto gatillo
y su banda tensa. Aparentemente, el efecto de la aguja sobre el punto gatillo
es puramente mecánico, provocando su destrucción y la posterior reorganización
de las fibras musculares. De esta manera, se consigue disminuir o disipar la
sensación de dolor, se relaja el tono, y se restituye la funcionalidad del
músculo, en ocasiones incluso de forma inmediata. De todos modos, se continúa
investigando acerca de sus efectos, sobre todo a nivel fisiológico, pues se
cree que la punción consigue detener el proceso por el cual se activan y
perpetúan los PGM.
Además del tratamiento de
fisioterapia invasiva, como se puede considerar la punción seca, existen
técnicas conservadoras de fisioterapia para el tratamiento de los puntos
gatillo y el dolor miofascial. Por lo general, estas terapias conservadoras
suelen utilizarse en forma de protocolos combinados, con el fin de aumentar su
eficacia.
Estas técnicas de fisioterapia
y osteopatía deben ser siempre el tratamiento de elección y preceder a las
técnicas invasiva, sobre todo en casos de personas con miedo a las agujas.
Algunas de las técnicas de
fisioterapia no invasiva para el tratamiento de los puntos gatillo y el dolor
miofascial son:
Estiramientos y autoestiramientos
analíticos
Son una de las técnicas más
utilizadas, y también más complejas. Los estiramientos analíticos tratan de
normalizar la longitud muscular, y pueden ser muy efectivas si actúan
preferentemente sobre el cuerpo muscular.
Estiramientos con spray frío
La aplicación de frío en el
músculo a estirar, a través de un spray refrigerante, disminuye la sensación
dolorosa que puede provocar el estiramiento. Según la Dra.
Travell, que ideó el método, "el estiramiento es la acción y el
frío la distracción".
Técnicas de compresión
Consiste en la liberación por
presión del PGM, siempre trabajando por debajo del umbral de dolor. Existen
varias técnicas de este tipo, que varían fundamentalmente en el tiempo de
compresión y en el número de repeticiones.
Técnicas de relajación postisométrica
Buscan la liberación del PGM
mediante técnicas de relajación postisométrica o inhibición recíproca. Las más
conocidas son las técnicas de energía muscular de Mitchell, la técnica de
ralajación postisométrica de Lewitt, o las técnicas de FNP.
Técnicas por Posicionamiento o Strain-Counterstrain
Esta técnica fue creada por el
Dr. Lawrence H. Jones DO., osteópata norteamericano, en los años ‘60. No requiere
ninguna participación activa del paciente, y el osteópata busca un punto
sensible a la presión, a distancia de la lesión. Jones llamó a este punto
trigger-point, “punto gatillo”. Es un punto reflejo. Desde el momento en que el
osteópata apoya sobre ese punto reflejo, sobre ese trigger point, moviliza
pasivamente la articulación hasta encontrar una posición en la cual el dolor
desaparece. Mantiene entonces esta posición durante 90 segundos, y luego trae
muy lentamente la articulación a su posición neutra. La lesión y su barrera
lesional han desaparecido.
Otras técnicas
Para el tratamiento del dolor
miofascial y de los puntos gatillo se suelen emplear también diferentes formas
de masoterapia, termoterapia, técnicas inhibitorias y técnicas instrumentales
(ultrasonidos, electroterapia, laser, etc.).
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