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lunes, 17 de febrero de 2014

¿A QUÉ LLAMAMOS “PUNTOS GATILLO” EN FISIOTERAPIA?



¿A QUÉ LLAMAMOS “PUNTOS GATILLO” EN FISIOTERAPIA?

Tanto en Fisioterapia como en Osteopatía conocemos un punto gatillo miofascial (PGM) como un nódulo hiperirritante dentro de una banda tensa palpable de músculo esquelético. Es doloroso a la compresión y, cuando es estimulado por deformación mecánica como estiramiento, contracción o presión directa, puede evocar un dolor referido característico, disfunción motora y fenómenos autonómicos.
Microscópicamente está formado por múltiples nodos de contracción, que representan un acortamiento severo y localizado de sarcómeras. La hipótesis más aceptada y desarrollada que explica la etiología de los PGM es una disfunción en la placa motora de una fibra muscular esquelética extrafusal, que consiste en una excesiva liberación de acetilcolina, por lo que se concebiría como una disfunción neuromuscular. Además del dolor, los PGM son causa de limitación funcional, debilidad e incoordinación motora.


CLASIFICACIÓN DE LOS PG EN FISIOTERAPIA Y OSTEOPATIA 

Los PGM en fisioterapia y osteopatía se clasifican en activos o latentes:

-          Un PG activo provoca dolor, restricción y debilidad de forma espontánea.
-          El PG latente no ocasiona dolor (salvo que se presione sobre él) pero puede ocasionar restricción del movimiento y debilidad del músculo afectado. Estos últimos hacen referencia a esas zonas que no duelen de forma espontánea pero al presionar sobre ellas desencadenan dolor.
A nuestro modo de ver, lo más significativo son los patrones de dolor referido de un punto gatillo. En muchas ocasiones estos nódulos hipersensibles son la causa de dolores a distancia que son tratados con técnicas locales sin obtener buenos resultados. Nos parece importante conocer los patrones de dolor referido más comunes de nuestro cuerpo.

En Fisio’s clínica te mostramos un plano de puntos gatillo y dolores referidos según Travell y Simon, además de cómo se debe valorar y tratar con técnicas de fisioterapia y osteopatía.

 





EXPLORACIÓN DE LOS PUNTOS GATILLO

El diagnóstico de los PGM se hace en base a los criterios descritos por Simons et al. (Travell y Simons, 2002) y Gerwin et al. (1997):

1.- Presencia de una banda tensa palpable en el músculo esquelético
2.- Presencia de un punto sensible en la banda tensa;
3.- Activación de una respuesta de espasmo local a la presión del punto sensible
(REL)
4.- Provocación y reconocimiento de dolor referido
5.- Si se utiliza un algómetro la presión que soporta es menor a 3kg/cm

TRATAMIENTO EN FISIOTERAPIA Y OSTEOPATIA
Para su tratamiento, existen diferentes técnicas de fisioterapia y osteopatía aplicables, pueden ser técnicas invasivas o conservadoras.

Punción seca
La punción seca es un método de fisioterapia invasiva para el tratamiento de los puntos gatillo y el dolor miofascial, que consiste en una punción directa del PGM, mediante finas agujas de acupuntura.
La técnica recibe el nombre de punción seca porque en este procedimiento no se introduce ningún tipo de sustancia a nivel muscular, como sucede en el caso de las infiltraciones. Por lo general, se trata de una punción profunda, pues se produce a nivel del músculo, atravesando todo el tejido suprayacente en búsqueda del punto gatillo y su banda tensa. Aparentemente, el efecto de la aguja sobre el punto gatillo es puramente mecánico, provocando su destrucción y la posterior reorganización de las fibras musculares. De esta manera, se consigue disminuir o disipar la sensación de dolor, se relaja el tono, y se restituye la funcionalidad del músculo, en ocasiones incluso de forma inmediata. De todos modos, se continúa investigando acerca de sus efectos, sobre todo a nivel fisiológico, pues se cree que la punción consigue detener el proceso por el cual se activan y perpetúan los PGM.
Además del tratamiento de fisioterapia invasiva, como se puede considerar la punción seca, existen técnicas conservadoras de fisioterapia para el tratamiento de los puntos gatillo y el dolor miofascial. Por lo general, estas terapias conservadoras suelen utilizarse en forma de protocolos combinados, con el fin de aumentar su eficacia.
Estas técnicas de fisioterapia y osteopatía deben ser siempre el tratamiento de elección y preceder a las técnicas invasiva, sobre todo en casos de personas con miedo a las agujas.

 Algunas de las técnicas de fisioterapia no invasiva para el tratamiento de los puntos gatillo y el dolor miofascial son:

Estiramientos y autoestiramientos analíticos
Son una de las técnicas más utilizadas, y también más complejas. Los estiramientos analíticos tratan de normalizar la longitud muscular, y pueden ser muy efectivas si actúan preferentemente sobre el cuerpo muscular.

Estiramientos con spray frío
La aplicación de frío en el músculo a estirar, a través de un spray refrigerante, disminuye la sensación dolorosa que puede provocar el estiramiento. Según la Dra. Travell, que ideó el método, "el estiramiento es la acción y el frío la distracción".

Técnicas de compresión
Consiste en la liberación por presión del PGM, siempre trabajando por debajo del umbral de dolor. Existen varias técnicas de este tipo, que varían fundamentalmente en el tiempo de compresión y en el número de repeticiones.

Técnicas de relajación postisométrica
Buscan la liberación del PGM mediante técnicas de relajación postisométrica o inhibición recíproca. Las más conocidas son las técnicas de energía muscular de Mitchell, la técnica de ralajación postisométrica de Lewitt, o las técnicas de FNP.

Técnicas por Posicionamiento o Strain-Counterstrain
Esta técnica fue creada por el Dr. Lawrence H. Jones DO., osteópata norteamericano, en los años ‘60. No requiere ninguna participación activa del paciente, y el osteópata busca un punto sensible a la presión, a distancia de la lesión. Jones llamó a este punto trigger-point, “punto gatillo”. Es un punto reflejo. Desde el momento en que el osteópata apoya sobre ese punto reflejo, sobre ese trigger point, moviliza pasivamente la articulación hasta encontrar una posición en la cual el dolor desaparece. Mantiene entonces esta posición durante 90 segundos, y luego trae muy lentamente la articulación a su posición neutra. La lesión y su barrera lesional han desaparecido.

Otras técnicas
Para el tratamiento del dolor miofascial y de los puntos gatillo se suelen emplear también diferentes formas de masoterapia, termoterapia, técnicas inhibitorias y técnicas instrumentales (ultrasonidos, electroterapia, laser, etc.).

Texto redactado por Eva Maria Mocholí Pérez, fisioterapeuta de Fisio´s Clínica.
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